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La salsa underground es un fenómeno musical que refleja una parte menos comercializada y más auténtica del amplio espectro de la música salsa. Durante las décadas de 1960 y 1970 en Nueva York, mientras la Fania Records dominaba el panorama salsero con su imponente catálogo y sus superproducciones, emergía una corriente paralela de artistas y orquestas que operaban más allá del brillo comercial. Este movimiento incluía músicos y agrupaciones que a menudo exploraban temas más contestatarios y experimentaban con sonidos que no se alineaban necesariamente con los estándares comerciales establecidos por los grandes sellos.

El «cuchifrito circuit» era el corazón de la salsa underground. Consistía en una serie de bares, clubes y pequeños escenarios en barrios como East Harlem, el Bronx y Brooklyn, donde los artistas podían expresarse de manera más libre y directa. Estos lugares eran esenciales para muchos músicos emergentes que, aunque carecían del respaldo de los grandes sellos, encontraban en estos espacios una plataforma vital para su música. A menudo, estos ambientes ofrecían un contraste marcado con los grandes venues donde la Fania All Stars y otras figuras prominentes actuaban, proporcionando un espacio más íntimo y conectado con las raíces comunitarias.

Musicalmente, la salsa underground se caracterizaba por su crudo realismo y su enfoque en la vida cotidiana de los barrios latinos. Las letras frecuentemente abordaban temas sociales y políticos relevantes para las comunidades hispanas en Nueva York. Artistas como Ray Barreto y Willie Colón comenzaron sus carreras en estos ambientes, y aunque algunos alcanzaron fama mainstream, nunca dejaron de infundir en su música un espíritu de resistencia y autenticidad que resonaba con su público original.

Paralelamente, algunos sellos pequeños y locales intentaron competir con Fania, ofreciendo contratos a artistas de la salsa underground que buscaban una voz más independiente. Estos sellos, aunque operaban con presupuestos mucho menores y con menos visibilidad, eran cruciales para mantener la diversidad dentro del género salsero. Aportaban a la escena una vitalidad y una perspectiva diferente, lejos del dominio abrumador de los grandes sellos.

En retrospectiva, la salsa underground no solo es un testimonio de la riqueza y complejidad de la salsa como forma musical, sino también un reflejo de la lucha cultural y social de la diáspora latina en Estados Unidos. Aunque la gran maquinaria de Fania y sus subsidiarias eventualmente moldearon la percepción global de lo que la salsa debería ser, la corriente underground sigue siendo una parte esencial de la historia de este género, ofreciendo una mirada más profunda y a menudo más cruda a las realidades que enfrentaban los latinos en una era de profundos cambios sociales y culturales.